Las arandelas son componentes críticos en la instalación de materiales para los techos. Se utilizan para distribuir la carga de los elementos de fijación y proteger la superficie de los materiales de posibles daños. En general, las arandelas son necesarias cuando se fijan materiales frágiles o propensos a la rotura, como tejas cerámicas o láminas de policarbonato. También son esenciales en zonas con vibraciones o movimientos constantes, donde ayudan a mantener una sujeción segura a lo largo del tiempo.
Sin embargo, en algunos casos no es necesario utilizar arandelas. Por ejemplo, cuando se instalan tejas de asfalto, que son más flexibles y resistentes, o chapas metálicas de mayor calibre, las arandelas pueden no ser indispensables. Es importante tener en cuenta el tipo de material, el grosor y las condiciones de instalación para tomar la decisión correcta sobre el uso de arandelas.
Imaginemos que un equipo de construcción está trabajando en un proyecto de techado en Florida, utilizando tejas de asfalto para un tejado residencial. Como las tejas de asfalto son robustas y flexibles, y suelen instalarse en zonas con pocas vibraciones, no es estrictamente necesario utilizar arandelas en este caso. La naturaleza del material y el tipo de proyecto permiten fijar las tejas directamente con tornillos sin afectar a la integridad del tejado, lo que ahorra tiempo y costes adicionales de instalación.
